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Día Internacional de la Paz: Reflexiones desde la Educación Popular Feminista en Calakmul y Hopelchén

Estela Reyes, coordinadora del Área de

Derechos Humanos en la REDMYH A.C.

 

En el marco del Día Internacional de la Paz, es esencial recordar que ésta, no se construye solo en la ausencia de la violencia, sino en la presencia de justicia, equidad y respeto por los derechos de todas las personas.

Desde esta perspectiva, la Red de Mujeres y Hombres por una Opinión Pública con Perspectiva de Género A.C. (REDMYH), ha realizado un trabajo transformador con las infancias y la comunidad estudiantil en los territorios de Calakmul y Hopelchén, promoviendo una cultura de paz y resolución de conflictos desde un enfoque feminista, interseccional y basado en el pleno respeto  de los derechos humanos.


La paz como proyecto colectivo y apuesta política.

En estos territorios, marcados por desigualdades estructurales y violencias históricas, la paz no puede ser un concepto vacío. La REDMYH trabaja en la promoción de una paz que nace de las luchas cotidianas de las comunidades, enraizada en la educación popular feminista.

Este enfoque reconoce que la paz, no es un estado pasivo sino un proceso dinámico que exige la participación activa de las infancias y todas las personas.


“Las niñas y niños, como sujetos de derechos, son actores clave en la construcción de

territorios justos y sostenibles”.

 



El enfoque de educación popular feminista que implementamos se sustenta en la reflexión colectiva, el diálogo de saberes y la acción transformadora de las comunidades con quiénes construimos. En este proceso, las infancias y la comunidad estudiantil (directivos, docentes, administrativo) son protagonistas en la identificación de las violencias que atraviesan sus vidas —desde el racismo, el clasismo, el sexismo, la discriminación— y en la búsqueda de soluciones que respeten sus realidades y contextos.

La defensa y promoción de los derechos humanos es el corazón de la labor que realizamos todas en la equipa Redmyh, prioritariamente en municipios como: Calakmul y Hopelchén.

Este trabajo se articula con un enfoque interseccional y perspectiva de derechos humanos que reconoce múltiples formas de opresión que las personas enfrentan según su género, etnia, clase y territorio. En territorios rurales como estos, las niñas, niños y jóvenes, a menudo enfrentan barreras adicionales en el acceso a la educación de calidad, la participación cívica y el ejercicio de sus derechos básicos.

En este sentido la interseccionalidad nos permite visibilizar cómo las violencias no afectan de manera uniforme a todas las personas y cómo es necesario implementar estrategias diferenciadas que respondan a las necesidades específicas de las comunidades locales.

Reconocemos el valor de los saberes comunitarios, donde las mujeres, abuelas, y otras figuras femeninas se convierten en guardianas del territorio y de la paz.

En Calakmul y Hopelchén, la defensa del territorio y el derecho a una vida libre de violencia son inseparables de las luchas ambientales que enfrentan las comunidades indígenas y campesinas. Y se entrelaza así con las luchas por la soberanía alimentaria, el derecho al agua y la protección del medio ambiente, entendiendo que la paz solo es posible cuando las personas y la naturaleza coexisten en armonía.

Uno de los mayores logros del trabajo realizado de la REDMYH ha sido un proceso que invita a la reflexión sobre las relaciones de poder que existen en la vida cotidiana. En este contexto, se fomenta una visión crítica de la paz que permite que las niñas, niños y adolescentes, en particular, encuentren en estos espacios una oportunidad para cuestionar e imaginar futuros más equitativos.

 

 El rol de las infancias en la construcción de la paz

 

El trabajo con las infancias en Calakmul y Hopelchén, muestra que las niñas y los niños no son solo receptores de conocimientos, sino actoras/es activos en la construcción de la paz.

La educación para la paz y la resolución positiva de conflictos les brinda las herramientas para entender y desafiar las estructuras que generan violencia en sus vidas, desde los espacios escolares hasta los familiares y comunitarios. Este proceso formativo fortalece su capacidad para actuar como agentes de cambio, contribuyendo a la creación de espacios de convivencia pacífica y solidaria.

A través de talleres, actividades comunitarias y espacios seguros de diálogo, la REDMYH promueve la comprensión crítica de los derechos humanos, facilitando que la comunidad estudiantil entienda cómo sus derechos están entrelazados con el bienestar de su comunidad y la sostenibilidad de su territorio.

Los talleres y actividades lúdico-educativas implementados por la REDMYH invitan a las infancias a explorar sus emociones, identificar las injusticias que perciben en su entorno y encontrar formas pacíficas de resolver conflictos. Además, promueve el respeto por la diversidad y la comprensión de que la equidad de género es fundamental para alcanzar la paz.

Este enfoque nos recuerda que la paz no es un objetivo lejano, sino una práctica diaria, una construcción colectiva que requiere de la participación activa de todas las personas.

En este Día Internacional de la Paz, celebramos, desde la resistencia y la esperanza y, continuamos tejiendo un futuro de justicia, equidad y paz, para todas y todos.



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