Cultura de paz
Patricia Turriza
Contar con una cultura de paz, permite a las comunidades poseer una serie de valores como: el respeto, tolerancia, igualdad, comprensión, solidaridad, diálogo, negociación y consenso, entre otros, que pueden fortalecer y restablecer la convivencia armónica y las relaciones entre los propios individuos de esa mismas mismas comunidades e impulsar un pensamiento crítico que contribuya a la construcción de una sociedad más justa y equitativa, con respeto a todos los derechos humanos.
De acuerdo con datos registrados en la página del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal[1], en el marco del 21 de septiembre Día Internacional de la Paz, señala que la lucha por lograr que el país y nuestro Estado transite hacia una paz con dignidad y justicia social, data desde los inicios de nuestra Revolucion Mexicana, cuando los mexicanos lucharon por derrocar un régime autoritario en busca de esa justicia social.
En la década de los 60´, en México como en el mundo, vivimos movimientos en los que las y los jóvenes protestaron por justicia, democracia y respeto a los derechos humanos.
En el marco de la conmemoración del 68´, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, registra que en México, con el movimiento estudiantil del 68´, pese a que fue reprimido violentamente por el gobierno en turno, gracias a esa lucha estudiantil se visibilizaron las demandas de justicia, respeto a derechos humanos y apertura democrática para el país.
Sin embargo, el país, hoy vive hechos inenarrables producto de la violencia provocada por grupos delictivos que han originado la desaparición y asesinatos de miles de personas, sin que exista un control. Como ejemplo se tiene el asesinato del hijo del poeta Javier Sicilia por el crimen organizado, desgracia que provocó que se fundara el “Movimiento por la Paz con Juticia y Dignidad”, hechos registrados por medios nacionales e internacionales como la BBC NEWS Mundo, así como también las desapariciones, secuestros y muertes de miles de mujeres a manos del crimen organizado, originó un descontento y que surgiera el “Movimiento Feminista y Lucha contra la Violencia de Género”, en los últimos años, el cual, ha cobrado visibilidad y fuerza.
Muchas mujeres han tenido el valor de tomar las calles para protestar contra esa violencia en sus diferentes modalidades y para exigir justicia.
Estos ejemplos, aunque hay muchos más, contribuyeron al surgimiento de esta movimiento que igualmente trabaja y promueve una cultura de paz, que erradique la violencia y promueva relaciones igualitarias y respetuosas para todos.
Las bases están sentadas no solo para construir sino para concretar una Cultura de Paz en México, pero, para ello se requiere de la participación de todas y todos.
Los desafíos siguen presentándose y más ahora, que se recrudeció la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y otro tipos de delitos, que provocan un clima de violencia, que no abona en el avance para la construcción de la cultura de paz, pues, representan un obstáculo para la construcción de relaciones pacíficas y de respeto a los derechos humanos universales. A todo ésto se suman igual, la desigualdad socioeconómica, volencia de género, impunidad y corrupción y la falta de la educación para la paz.
Pese a ello, no podemos dejar de ver que sí tenemos avances, ya que la Constitución Política de México, reconoce los derechos humanos y establece la obligación del Estado de garantizar la paz y la juticia, acciones que se fortalecen con la implementación de programas y estrategias específica como el Programa Nacional de Cultura de Paz y no Violencia.
Es importante considerar la participación ciudadana, la sociedad civil, pues, a través de sus marchas, protestas y actividades realizadas, se logró crear consciencia y mayor movilización en torno a la cultura de paz.
No se puede dejar de lado el trabajo realizado y, es por ello, que a México, se le reconoce a nivel internacional por su compromiso con la cultura de paz y es en 2010, que se establece en el país el Programa de las Naciones Unidas para la Cultura de Paz y la No Violencia que promueve una Cultura de Paz en todos los niveles de la sociedad.
Cabe mencionar, que el Consejo de Seguridad es el máximo responsable de la paz y la seguridad internacionales. La Asamblea General y el Secretario General, junto con otras oficinas y órganos de la ONU, también desarrollan un papel importante en esta tarea.
A través de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, vía las Secretarías o Institutos de Cultura, promueve programas encaminados a fomentar la cultura de paz en las Entidades Federativas y en el caso de nuestro Estado, se puso en marcha en el mes de junio el programa “Tengo un sueño en los Estados” donde através del programa “Cultura Comunitaria”, se apoya a las Entidades para el fomento a la creatividad en las niñas, niños y jóvenes, a través de los “Semilleros Creativos”, para mostrar el contexto, diversidad de expresiones y manifestaciones culturales y artísticas, acciones que contribuyen al ejercicio efectivo de los derechos culturales de niñas niños y jóvenes de las 32 Entiades y que contribuyen al fomento de una cultura de paz.
Es a través de la educación donde la cultura de paz puede permear con mayor rapidez, pero, existe la oportunidad de que se puedan involucrar diferentes entes en este proceso para promover principalmente: Rechazo a todo acto de violencia física, psicológica, económica, sexual o social. Colaborar en la erradicación de la exclusión, la injusticia y la opresión. Defender la libertad de expresión y la diversidad de pensamiento, cultura y religión. Promover un consumo respetuoso con nuestro entorno y demás seres del planeta.
En el Estado de Campeche, la Red de Mujeres y Hombres por una Opinión Pública con Perspectiva de Género A.C. (REDMYH), ha venido trabajando con las infancias y en general con la comunidad estudiantil de los municipios de Calakmul y Hopelchén, promoviendo una cultura de paz y resolución de conflictos desde un enfoque feminista, de interseccionalidad y basado en el pleno respeto a todos los derechos humanos.
Destaca que la desigualdades estructurales y las violencias históricas en estos territorios, la paz no puede ser un concepto vacío, por lo que la REDMYH, promueve la paz que nace de las luchas cotidianas de las comunidades enraizada en la educación popular feminista.
Ésta se enfoca o sustenta en la reflexión colectiva, el diálogo de saberes y la acción transformadora de las comunidades con quienes se construye y la defensa y promoción de los derechos humanos es el corazón de la labor que realiza la Redmyh.
El trabajo realizado se articula con un enfoque interseccional y perspectiva de derechos humanos que reconoce múltiples formas de opresión que las personas enfrentan según su género, etnia, clase y territorio.
La REDMYH, considera que la paz en estos territorios no es un objetivo lejano, sino una práctica diaria, una construcción colectiva que requiere de la participación activa de todas las personas para seguir tejiendo ese futuro al que todos aspiran de justicia, equidad y paz para todas y todos.
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